EUROPA
PRESS
14 febrero
2017
Científicos de la Universidad de Monash,
en Australia, e investigadores daneses han descubierto un gen en gusanos que
podría ayudar a romper el ciclo de comer en exceso y bajo ejercicio que puede
llevar a la obesidad.
Se
trata de un gen que desencadena una sensación de plenitud, así como la
necesidad de dormir después de comer y como en las personas hay un gen similar,
tiene potencial para desarrollar un fármaco que podría ayudar a controlar la
obesidad mediante la reducción del apetito y el aumento del deseo de realizar
ejercicio.
El
equipo, dirigido por el profesor asociado Roger Pocock,
en el Instituto de Descubrimiento Biomédico Monash y
sus colegas en la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, detalla sus
hallazgos en 'Proceedings of
the National Academy of Sciences'. El profesor
asociado Pocock y su equipo descubrieron un gen que
codifica un factor de transcripción llamado ETS-5, que controla las señales
desde el cerebro a los intestinos.
El
profesor asociado Pocock explica que cuando el
intestino ha almacenado suficiente grasa, el cerebro recibe el mensaje para
dejar de moverse, llevando efectivamente el gusano para dormir. "Cuando
los animales están desnutridos, buscan comida en el ambiente; cuando están bien
alimentados, no tienen necesidad de vagar y cuando están completamente
saciados, entran en un estado de sueño", explica el profesor asociado Pocock.
Los
investigadores estudiaron 'Caenorhabditis elegans', o el gusano redondo, debido a la simplicidad de
su cerebro, con apenas 302 neuronas y 8.000 sinapsis, o conexiones de neurona a
neurona, que ya han sido mapeadas, frente al cerebro
humano, que tiene miles de millones de neuronas, más de 160.000 kilómetros de
cableado biológico y 100 billones de sinapsis.
El gusano y los humanos comparten el 80 por
ciento de los genes
El
profesor Pocock dice que el gusano redondo y los
humanos comparten hasta el 80 por ciento de sus genes, así como alrededor de la
mitad de todos los genes conocidos que están involucrados en enfermedades
humanas. "Debido a que los gusanos comunes comparten tantos genes con los
seres humanos son un gran sistema modelo para investigar y obtener una mejor
comprensión de procesos como el metabolismo, así como las enfermedades en los
seres humanos", subraya.
Los
investigadores descubrieron el papel del factor de transcripción ETS-5
analizando neuronas individuales dentro del cerebro del gusano, monitorizando
su respuesta a los alimentos. Encontraron que --al igual que los mamíferos,
incluyendo los seres humanos-- una dieta que promueve el crecimiento provoca
una respuesta diferente en gusanos en comparación con los alimentos de baja
calidad.
En los
mamíferos, una dieta cargada con grasas y azúcares estimula la
sobrealimentación, lo que lleva a la obesidad. Cuando se alimentaban de
alimentos de baja calidad, los gusanos vagaban en busca de una mejor nutrición.
El descubrimiento de ETS-5 supone la primera vez que se ha implicado una
molécula reguladora genética de este tipo, y posible diana farmacológica, en el
control intestinal-cerebral de comer y actividad, según Pocock.
"La
familia de genes ETS está presente en los seres humanos y se ha vinculado
previamente a la regulación de la obesidad. Desde que hemos conocido que esta
familia de genes controla la ingesta de alimentos a través de un sistema de
retroalimentación al cerebro, representa un objetivo farmacológico posible para
el tratamiento de la obesidad", concluye.